No lograba acostumbrarme a la idea.
Todo terminaba aquí? Ni siquiera había tenido una última oportunidad de decirle a Edward que lo amaba o de agradecerle a los Cullen por permitirme ser parte de su familia.
Los ojos de Edward se clavaron en los míos. Su expresión triste y compungida solo me ayudó a saber que en este momento compartíamos los mismos pensamientos.
-No les dolerá demasiado- dijo el hombre frente a nosotros con una gran sonrisa
Gruñí
-Qué pasa muñequita?- preguntó
Se acercó y deslizó su mano desde mi pómulo hasta mi barbilla. Reprimí las nauseas que me causaba el que ese hombre me tocara.
-No es nada personal… solo es necesario- dijo y se acercó a besar mi mejilla
Cerré los ojos con fuerza, tenía ganas de vomitar, golpearlo y echarme a llorar. El problema era que no podía hacer absolutamente nada.
Unos suaves sollozos se comenzaron a emitir desde lo más profundo de mi garganta. Él solamente esbozó una gran sonrisa, le divertía mi sufrimiento, Edward soltó un profundo y amenazante gruñido, pero el hombre lo ignoró y después se alejó.
Comenzó a recitar palabras que parecían ser muy antiguas, sus manos se movieron dibujando nuestras siluetas y una espesa niebla nos envolvió.
Todo terminaba aquí? Ni siquiera había tenido una última oportunidad de decirle a Edward que lo amaba o de agradecerle a los Cullen por permitirme ser parte de su familia.
Los ojos de Edward se clavaron en los míos. Su expresión triste y compungida solo me ayudó a saber que en este momento compartíamos los mismos pensamientos.
-No les dolerá demasiado- dijo el hombre frente a nosotros con una gran sonrisa
Gruñí
-Qué pasa muñequita?- preguntó
Se acercó y deslizó su mano desde mi pómulo hasta mi barbilla. Reprimí las nauseas que me causaba el que ese hombre me tocara.
-No es nada personal… solo es necesario- dijo y se acercó a besar mi mejilla
Cerré los ojos con fuerza, tenía ganas de vomitar, golpearlo y echarme a llorar. El problema era que no podía hacer absolutamente nada.
Unos suaves sollozos se comenzaron a emitir desde lo más profundo de mi garganta. Él solamente esbozó una gran sonrisa, le divertía mi sufrimiento, Edward soltó un profundo y amenazante gruñido, pero el hombre lo ignoró y después se alejó.
Comenzó a recitar palabras que parecían ser muy antiguas, sus manos se movieron dibujando nuestras siluetas y una espesa niebla nos envolvió.
-Aléjate de ellos!- gritó una voz irrumpiendo en la estancia
Y por las puertas apareció Anthony con Marie y todos los Cullen detrás...
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