Bella POV
-Necesitas hablar con tu padre, Bella,- La voz de Edward era aterciopelada, fría contra mi oído. Temblé.
-No va a creerme,- Formé las palabras lentamente. Estaba atemorizada. Mike ya había conseguido dar vuelta todas las cosas. Ya había hablado con mucha gente y había conseguido ponerlos en mi contra. Mi respiración se volvió pesada, ni a bocanadas de aire conseguía respirar lo necesario.
-Bella,- Edward me miró preocupadamente. Se acercó a mí, tomando mi rostro entre sus frías manos. Su delicioso aliento acaricio mi rostro. Mi cabeza daba vueltas, -Bell, Vas a desmayarte.
-Esta histérica,- Murmuró Jasper desde algún punto de la habitación. No aparté mis ojos de los de Edward para ver donde estaba. -Deberías recostarla.
Al poco tiempo de que Jessica se había ido, perdí el control de mis emociones. Me dejé dominar por el miedo. Desafortunadamente había dejado a Edward con la horrible tarea de controlarnos a Allie y a mí. Allie se había quedado en silencio cuando se dio cuenta de que Mike no la iba a dejar ir. Se sentó en el suelo, mirando fijamente a la pared. Yo estaba desesperada y eso había aterrorizado a Edward mientras trataba de calmarme. Finalmente los Cullen aparecieron.
Obviamente Alice me había visto y corrieron hacia mi casa, esperando poder ayudar. Allie había sido acomodada en los brazos de Rosalie, aunque eso no la hizo cambiar de estado. Se durmió allí. Balanceada a un sueño del que esperaba no fueran pesadillas.
Mike no iba a dejarla ir. No iba a dejarnos ir. En los últimos cuatro años Mike y Charlie se habían hecho buenos amigos, con lo cual me había separado de mi padre. Solo podía imaginar todas las mentiras que Mike le había dicho a Charlie sobre Edward. No ayudaría en nada si hablaba con el, por que sabia que creería en Mike. Le tenía demasiado rencor a Edward desde el día que se había ido. Por supuesto que le creería a Mike...
-Bella, por favor, tranquilízate,- Me rogaba la voz de Edward mientras susurraba contra mi cabello. Me levantó del suelo, cargándome mientras caminaba hacia el sofá. Arrodillándose, me acomodo en el, apoyando su fría mano sobre mi frente, -Estas ardiendo.
-No esta enferma,- Dijo Alice desde la silla, -Solo esta preocupada.
-Muy preocupada,- Murmuró Jasper. Solo podía imaginar cuan mal se sentía cera de mis emociones.
-Bella,- Susurró Edward, envolviéndome entre sus brazos, -Por favor, tranquilízate. Todo escara bien. Estas a salvo. Allie esta a salvo. Mike solo trata de hacer las cosas más difíciles, eso es todo. Podemos con esto. Estoy aquí contigo, Bella. Estarán bien.
-Pero no va a dejarme ir, Edward.
-No tiene opción,- Respondió Edward con su voz oscureciéndose, -Si quieres irte, él te dejara ir. Yo me aseguraré de eso.
Di un respingo ante su amenazante voz.
-Edward,- Le advirtió Alice. El le lanzó una mirada, pero ella se la devolvió, -Ya hemos discutido esto. No termina bien.
-¿Y dejarlo con vida lo hace?- La voz de Edward era dura.
-Será mejor,- Le corrigió Alice, -Para Bella.
Continuamente miraba en nuestros futuros cada vez que Edward o alguno de los Cullen tenían alguna idea homicida sobre Mike. Aunque nunca me contó que era lo que sucedería. Simplemente sonreía tristemente y sacudía su cabeza. Cualquiera fuera el resultado, no serian buenos.
Sentí que mi corazón se tranquilizaba mientras mi cuerpo se relajaba aliviado. Con mis barreras de miedo bajas, Jasper pudo tranquilizarme. Edward me sonrió, acomodándome cerca de él, -¿Mejor?
-Si,- Mi voz aun estaba cargada de nerviosismo. Aclaré mi garganta y volví a probar, -Si, estoy mucho mejor ahora. Gracias, Edward.
Mi mirada se fijó en Allie y no pude contener la tristeza en mis ojos, -¿La asusté? ¿Está bien?
-Ella esta bien,- Fue Rosalie quien hablo. Estaba mirando a Allie. -No la asustaste. Estaba preocupada por Mike. Creo que se calmó un poco antes de quedarse dormida.
-Sus sueños son felices,- Me aseguró Edward. No recordaba si alguna vez me sentí agradecida con el don de Edward. Era un alivio saber que Mike no lastimaba a mi pequeña Allie en sus sueños.
Rosalie había sudo tan fría y distante. Solo la conocía de esa forma, hasta ahora. Edward una vez me había dicho que estaba celosa de mi humanidad y que ella, de entre todos, era la que menos se conformaba con ser lo que era. Ahora, finalmente, entendía por que. Era una madre sin hijo. La forma en que miraba a Allie, de forma tan maternal debería ponerme celosa. Pero no podía sentir eso.
-Lo siento, Bella,- Rosalie me estaba mirando, una mueca de vergüenza se apodero de sus facciones. Se había dado cuenta de que la estaba mirando. -¿Quieres que te la devuelva?
-No,- Sonreí, -Allie se ve cómoda y feliz allí…no quisiera moverla.
Los ojos de Rosalie brillaron con mas fuerza y se volvieron hacia Allie, -Tienes suerte de tenerla, Bella. Espero que sepas eso.
-Lo se,- Susurré, bajando mi mirada hacia mis manos.
-Pronto estará en la casa,- Susurró Alice, viendo fuera de la ventana. -Tenemos que ir yendo. No va a ser bueno si nos ve a todos aquí.
-No me iré,- La voz de Edward era determinada.
-Lo se,- Sonrió Alice, poniéndose de pie, -No te hablaba a ti. Ya vi que te pondrías difícil si te pedía que te fueras.
-El debe quedarse,- Asintió Esme, -Tiene que quedarse en caso de que Mike decida ponerse duro con Bella.
-O Allie,- Añadió Rosalie. Sus ojos se volvieron hacia Edward, de repente su mirada se oscureció, -No te lo perdonare si dejas que él la lastime.
Me tensé, preguntándome si había enfurecido a Edward. En lugar de eso, el le sonrió suavemente.
-No le daré la oportunidad,- Dijo Edward.
-Bien. ¿Allie?- Rosalie la movió suavemente. Allie abrió sus ojos, mirando a Rosalie. En su rostro se formo una pequeña sonrisa, -Allie, tengo que irme.
-¿Puedo verte mañana?- Preguntó Allie entremedio de un bostezo. Rosalie me miró. Era un día escolar, pero tenia que ser honesta…no me importaba. Asentí.
-Por supuesto, Allie.
Allie se sentó en el regazo de Rosalie y le dio un rápido beso en la mejilla antes de pararse en el suelo. Se frotó sus ojos, dejando escapar otro bostezo de sus labios mientras caminaba hacia mi, -¿Viene a casa?
-En cualquier momento,- Respondió Alice por mi, su voz sonaba ansiosa, -Vamos. De verdad tenemos que irnos.
-Las traeré de vuelta mañana,- Dijo Edward, su mirada cruzándose con la mía, -Y cuidaré de ellas, lo prometo.
No rompí nuestra mirada, aun cuando escuché la puerta cerrarse detrás de ellos. Permanecimos sentados en silencio unos minutos mas antes de que Edward rompiera al abrazo, poniéndose de pie. -Estaré aquí,- Me aseguró, -Pero será una mala idea hacerle saber a Mike que estoy aquí. Esta a punto de entrar a la calzada.
Estiré mi brazo hacia él, entrelazando nuestros dedos, -Te extrañaré.
Le dio un beso a mi mano, rozándola suavemente con sus labios. Cuando la soltó, tomó a Allie en brazos. Sus ojos se abrieron ante la sorpresa, pero se rió, -Vamos a llevarte a la mesa. ¿Te parece?
Caminó hacia la cocina. Me puse de pie y le seguí. Cuando entré a la habitación, Allie estaba sentada en la mesa, aun sonriéndose. Edward se había ido.
La puerta del frente se abrió.
-¿Bella?- Llamó Mike. Me sobresalté ante el tono de su voz.
-Aquí,- Le dije, apurándome hacia el refrigerador para buscar los ingredientes de la cena. Mientras ponía la pasta en un pote y lo llenaba con agua, escuché a Mike entrar a la cocina.
-¿Aun no tienes la cena hecha?- Preguntó Mike, gruñendo.
-Lo siento, Mike. Tuve un día ocupado.- Murmuré rápidamente. Abrí una de las puertas de la mesada y saque la salsa para la pasta, poniéndola en un segundo pote.
-Me imagino que estuvo ocupado. Más put- Se detuvo, dándose cuenta de que estaba Allie. No me importo. Sabía como iba a llamarme. -¡Allie! Debes estar hambrienta. ¿Mama estuvo ocupada?
Miré por sobre mi hombro que Allie asentía. -¡Sip!- Sonrió, jugueteando con un tenedor. Edward debió de haber puesto la mesa. Me maravillé ante la forma en que él se comportaba ante Allie. Le era demasiado fácil ser él mismo. -Mami estuvo muy ocupada.
-¿Haciendo que?
-Hablo con Jessica St-…St-...- El ceño de Allie se frunció en concentración.
-Stanley.- Le ofrecí.
-¡Stanley!- Sonrió Allie. ¡Con cuanta naturalidad actuaba frente a Mike! Todo este tiempo supo cuan salvaje era y aun así, siempre fue creíble. -Eso le tomo mucho tiempo.
-Ya veo,- Murmuró Mike. Escuché la silla moverse, arrastrada por el suelo mientras se sentó. -Bella, apurate.
-Eso intento,- Respondí, quemándome mientras trataba de poner la pasta caliente en el colador. Unos minutos después y la comida estaba en la mesa. Me senté, comiendo en silencio, preguntándome donde estaría Edward. Sabía que no iba a dejarme sola. Sabía que estaba en algún lugar de la casa, quizás escuchando los pensamientos de Allie y de Mike. Mi cuerpo entero pedía estar con él.
Asumí que se estaría escondiendo en algún rincón de mi habitación. Cuando termine de comer, me apresure a ir a la habitación, esperando poder abrazarle unos momentos mientras Mike metía en la cama a Allie. Abrí la puerta y la cerré con cuidado detrás de mí, escaneando la habitación en busca de él.
-¿Edward?
Silencio.
Mi ceño se frunció. Estaba segura de que estaría esperándome allí. Caminé hacia la cama y me arrodillé, mirando debajo de esta. No estaba allí. Me puse de pie y caminé hacia la ventana, abriéndola. Me incliné, la fría brisa me despeinó. Fije mis ojos en la oscuridad, buscándole, -¿Edward?
Escuché una puerta cerrarse tras de mi y casi me río de mi misma. ¿Por que no se me había ocurrido antes fijarme en el closet? Me di vuelta, -¡Edward!
Sentí como la sangre abandonaba mi rostro.
-No,- Habló Mike, su voz sonaba oscura. Caminó hacia mí, con sus pesadas botas haciendo ruidos sordos. Mi estomago dio un vuelco mientras me aparte, presionando mi espalda contra la pared a un lado de la ventana. -No, no soy Edward.
-Mike, yo-
-Así que, por eso has estado ocupada,- Me cortó. Tenía una extraña mirada en sus ojos, fría y calculadora. Sentí una descarga recorrer mi columna. -Bien, Bella, yo también he estado ocupado.
-¿Oc-ocupado?- Temblé, -¿A que te refieres con ocupado?
-Estaba hablando con Charlie,- Su voz sonaba extraña, -Le conté todo sobre tú y Edward. Le conté que Edward había vuelto hace un par de días…que habías vuelto a casa llena de marcas.
Mis ojos se abrieron, -¡Tú!
-Le dije,- Mike me interrumpió nuevamente, -Que te pedí que te alejaras de él. Le dije que tú me dijiste que aun amabas a Edward y que no ibas a dejarlo. Le dije que a ti no te importaba cuanto te lastimara…cuando lastimara a Allie.
-¡Edward jamás lastimaría a Allie!- Grité, mis ojos llenos de rabia.
-Charlie lo cree,- Sonrió Mike, -Supuse que correrías a tu papito. Supuse que le mostrarías las marcas y le dirías que fui yo. Así que le dije que se lo esperara. Le dije que esa seria tu excusa. Por que harías…dirías…lo que fuera para proteger a Edward.
-¡El es mi padre!- Protesté, -¡El va a creerme!
-Puedes intentarlo,- Rió Mike, -Realmente odia a Edward. Creo que le he convencido bastante,- Se acercó un paso mas a mi, con la furia haciéndose cada vez mas notoria en su rostro, -Creo que le he asustado…por que hay una oportunidad de que si te cree, Edward lastime a Allie.
-¡El va a creerme!- Le grité nuevamente. ¿Como iba a creerme?
-Y perderás a Allie,- Mike siguió, -Vete con Edward, Bella.- Otro paso. Su voz era firme, -¡Vete con él, Maldita perra! ¡Vete donde se te de la gana, no podrás tener a Allie!
-¡Vas a lastimarla!
-OH, ella conocerá el dolor,- Alzó su mano, acariciando mi mejilla, -Mas que tu.
Aparté bruscamente mi rostro de su mano, -No me toques.
-¡Te tocaré como se me de la gana!- Gritó Mike, alzando su mano.
-Mike,- La voz de Edward llenó la habitación, aterciopelada y lúgubre, -Aléjate de ella ahora o vas a morir.
Mike achicó sus ojos, -Como prefieras.
-Necesitas hablar con tu padre, Bella,- La voz de Edward era aterciopelada, fría contra mi oído. Temblé.
-No va a creerme,- Formé las palabras lentamente. Estaba atemorizada. Mike ya había conseguido dar vuelta todas las cosas. Ya había hablado con mucha gente y había conseguido ponerlos en mi contra. Mi respiración se volvió pesada, ni a bocanadas de aire conseguía respirar lo necesario.
-Bella,- Edward me miró preocupadamente. Se acercó a mí, tomando mi rostro entre sus frías manos. Su delicioso aliento acaricio mi rostro. Mi cabeza daba vueltas, -Bell, Vas a desmayarte.
-Esta histérica,- Murmuró Jasper desde algún punto de la habitación. No aparté mis ojos de los de Edward para ver donde estaba. -Deberías recostarla.
Al poco tiempo de que Jessica se había ido, perdí el control de mis emociones. Me dejé dominar por el miedo. Desafortunadamente había dejado a Edward con la horrible tarea de controlarnos a Allie y a mí. Allie se había quedado en silencio cuando se dio cuenta de que Mike no la iba a dejar ir. Se sentó en el suelo, mirando fijamente a la pared. Yo estaba desesperada y eso había aterrorizado a Edward mientras trataba de calmarme. Finalmente los Cullen aparecieron.
Obviamente Alice me había visto y corrieron hacia mi casa, esperando poder ayudar. Allie había sido acomodada en los brazos de Rosalie, aunque eso no la hizo cambiar de estado. Se durmió allí. Balanceada a un sueño del que esperaba no fueran pesadillas.
Mike no iba a dejarla ir. No iba a dejarnos ir. En los últimos cuatro años Mike y Charlie se habían hecho buenos amigos, con lo cual me había separado de mi padre. Solo podía imaginar todas las mentiras que Mike le había dicho a Charlie sobre Edward. No ayudaría en nada si hablaba con el, por que sabia que creería en Mike. Le tenía demasiado rencor a Edward desde el día que se había ido. Por supuesto que le creería a Mike...
-Bella, por favor, tranquilízate,- Me rogaba la voz de Edward mientras susurraba contra mi cabello. Me levantó del suelo, cargándome mientras caminaba hacia el sofá. Arrodillándose, me acomodo en el, apoyando su fría mano sobre mi frente, -Estas ardiendo.
-No esta enferma,- Dijo Alice desde la silla, -Solo esta preocupada.
-Muy preocupada,- Murmuró Jasper. Solo podía imaginar cuan mal se sentía cera de mis emociones.
-Bella,- Susurró Edward, envolviéndome entre sus brazos, -Por favor, tranquilízate. Todo escara bien. Estas a salvo. Allie esta a salvo. Mike solo trata de hacer las cosas más difíciles, eso es todo. Podemos con esto. Estoy aquí contigo, Bella. Estarán bien.
-Pero no va a dejarme ir, Edward.
-No tiene opción,- Respondió Edward con su voz oscureciéndose, -Si quieres irte, él te dejara ir. Yo me aseguraré de eso.
Di un respingo ante su amenazante voz.
-Edward,- Le advirtió Alice. El le lanzó una mirada, pero ella se la devolvió, -Ya hemos discutido esto. No termina bien.
-¿Y dejarlo con vida lo hace?- La voz de Edward era dura.
-Será mejor,- Le corrigió Alice, -Para Bella.
Continuamente miraba en nuestros futuros cada vez que Edward o alguno de los Cullen tenían alguna idea homicida sobre Mike. Aunque nunca me contó que era lo que sucedería. Simplemente sonreía tristemente y sacudía su cabeza. Cualquiera fuera el resultado, no serian buenos.
Sentí que mi corazón se tranquilizaba mientras mi cuerpo se relajaba aliviado. Con mis barreras de miedo bajas, Jasper pudo tranquilizarme. Edward me sonrió, acomodándome cerca de él, -¿Mejor?
-Si,- Mi voz aun estaba cargada de nerviosismo. Aclaré mi garganta y volví a probar, -Si, estoy mucho mejor ahora. Gracias, Edward.
Mi mirada se fijó en Allie y no pude contener la tristeza en mis ojos, -¿La asusté? ¿Está bien?
-Ella esta bien,- Fue Rosalie quien hablo. Estaba mirando a Allie. -No la asustaste. Estaba preocupada por Mike. Creo que se calmó un poco antes de quedarse dormida.
-Sus sueños son felices,- Me aseguró Edward. No recordaba si alguna vez me sentí agradecida con el don de Edward. Era un alivio saber que Mike no lastimaba a mi pequeña Allie en sus sueños.
Rosalie había sudo tan fría y distante. Solo la conocía de esa forma, hasta ahora. Edward una vez me había dicho que estaba celosa de mi humanidad y que ella, de entre todos, era la que menos se conformaba con ser lo que era. Ahora, finalmente, entendía por que. Era una madre sin hijo. La forma en que miraba a Allie, de forma tan maternal debería ponerme celosa. Pero no podía sentir eso.
-Lo siento, Bella,- Rosalie me estaba mirando, una mueca de vergüenza se apodero de sus facciones. Se había dado cuenta de que la estaba mirando. -¿Quieres que te la devuelva?
-No,- Sonreí, -Allie se ve cómoda y feliz allí…no quisiera moverla.
Los ojos de Rosalie brillaron con mas fuerza y se volvieron hacia Allie, -Tienes suerte de tenerla, Bella. Espero que sepas eso.
-Lo se,- Susurré, bajando mi mirada hacia mis manos.
-Pronto estará en la casa,- Susurró Alice, viendo fuera de la ventana. -Tenemos que ir yendo. No va a ser bueno si nos ve a todos aquí.
-No me iré,- La voz de Edward era determinada.
-Lo se,- Sonrió Alice, poniéndose de pie, -No te hablaba a ti. Ya vi que te pondrías difícil si te pedía que te fueras.
-El debe quedarse,- Asintió Esme, -Tiene que quedarse en caso de que Mike decida ponerse duro con Bella.
-O Allie,- Añadió Rosalie. Sus ojos se volvieron hacia Edward, de repente su mirada se oscureció, -No te lo perdonare si dejas que él la lastime.
Me tensé, preguntándome si había enfurecido a Edward. En lugar de eso, el le sonrió suavemente.
-No le daré la oportunidad,- Dijo Edward.
-Bien. ¿Allie?- Rosalie la movió suavemente. Allie abrió sus ojos, mirando a Rosalie. En su rostro se formo una pequeña sonrisa, -Allie, tengo que irme.
-¿Puedo verte mañana?- Preguntó Allie entremedio de un bostezo. Rosalie me miró. Era un día escolar, pero tenia que ser honesta…no me importaba. Asentí.
-Por supuesto, Allie.
Allie se sentó en el regazo de Rosalie y le dio un rápido beso en la mejilla antes de pararse en el suelo. Se frotó sus ojos, dejando escapar otro bostezo de sus labios mientras caminaba hacia mi, -¿Viene a casa?
-En cualquier momento,- Respondió Alice por mi, su voz sonaba ansiosa, -Vamos. De verdad tenemos que irnos.
-Las traeré de vuelta mañana,- Dijo Edward, su mirada cruzándose con la mía, -Y cuidaré de ellas, lo prometo.
No rompí nuestra mirada, aun cuando escuché la puerta cerrarse detrás de ellos. Permanecimos sentados en silencio unos minutos mas antes de que Edward rompiera al abrazo, poniéndose de pie. -Estaré aquí,- Me aseguró, -Pero será una mala idea hacerle saber a Mike que estoy aquí. Esta a punto de entrar a la calzada.
Estiré mi brazo hacia él, entrelazando nuestros dedos, -Te extrañaré.
Le dio un beso a mi mano, rozándola suavemente con sus labios. Cuando la soltó, tomó a Allie en brazos. Sus ojos se abrieron ante la sorpresa, pero se rió, -Vamos a llevarte a la mesa. ¿Te parece?
Caminó hacia la cocina. Me puse de pie y le seguí. Cuando entré a la habitación, Allie estaba sentada en la mesa, aun sonriéndose. Edward se había ido.
La puerta del frente se abrió.
-¿Bella?- Llamó Mike. Me sobresalté ante el tono de su voz.
-Aquí,- Le dije, apurándome hacia el refrigerador para buscar los ingredientes de la cena. Mientras ponía la pasta en un pote y lo llenaba con agua, escuché a Mike entrar a la cocina.
-¿Aun no tienes la cena hecha?- Preguntó Mike, gruñendo.
-Lo siento, Mike. Tuve un día ocupado.- Murmuré rápidamente. Abrí una de las puertas de la mesada y saque la salsa para la pasta, poniéndola en un segundo pote.
-Me imagino que estuvo ocupado. Más put- Se detuvo, dándose cuenta de que estaba Allie. No me importo. Sabía como iba a llamarme. -¡Allie! Debes estar hambrienta. ¿Mama estuvo ocupada?
Miré por sobre mi hombro que Allie asentía. -¡Sip!- Sonrió, jugueteando con un tenedor. Edward debió de haber puesto la mesa. Me maravillé ante la forma en que él se comportaba ante Allie. Le era demasiado fácil ser él mismo. -Mami estuvo muy ocupada.
-¿Haciendo que?
-Hablo con Jessica St-…St-...- El ceño de Allie se frunció en concentración.
-Stanley.- Le ofrecí.
-¡Stanley!- Sonrió Allie. ¡Con cuanta naturalidad actuaba frente a Mike! Todo este tiempo supo cuan salvaje era y aun así, siempre fue creíble. -Eso le tomo mucho tiempo.
-Ya veo,- Murmuró Mike. Escuché la silla moverse, arrastrada por el suelo mientras se sentó. -Bella, apurate.
-Eso intento,- Respondí, quemándome mientras trataba de poner la pasta caliente en el colador. Unos minutos después y la comida estaba en la mesa. Me senté, comiendo en silencio, preguntándome donde estaría Edward. Sabía que no iba a dejarme sola. Sabía que estaba en algún lugar de la casa, quizás escuchando los pensamientos de Allie y de Mike. Mi cuerpo entero pedía estar con él.
Asumí que se estaría escondiendo en algún rincón de mi habitación. Cuando termine de comer, me apresure a ir a la habitación, esperando poder abrazarle unos momentos mientras Mike metía en la cama a Allie. Abrí la puerta y la cerré con cuidado detrás de mí, escaneando la habitación en busca de él.
-¿Edward?
Silencio.
Mi ceño se frunció. Estaba segura de que estaría esperándome allí. Caminé hacia la cama y me arrodillé, mirando debajo de esta. No estaba allí. Me puse de pie y caminé hacia la ventana, abriéndola. Me incliné, la fría brisa me despeinó. Fije mis ojos en la oscuridad, buscándole, -¿Edward?
Escuché una puerta cerrarse tras de mi y casi me río de mi misma. ¿Por que no se me había ocurrido antes fijarme en el closet? Me di vuelta, -¡Edward!
Sentí como la sangre abandonaba mi rostro.
-No,- Habló Mike, su voz sonaba oscura. Caminó hacia mí, con sus pesadas botas haciendo ruidos sordos. Mi estomago dio un vuelco mientras me aparte, presionando mi espalda contra la pared a un lado de la ventana. -No, no soy Edward.
-Mike, yo-
-Así que, por eso has estado ocupada,- Me cortó. Tenía una extraña mirada en sus ojos, fría y calculadora. Sentí una descarga recorrer mi columna. -Bien, Bella, yo también he estado ocupado.
-¿Oc-ocupado?- Temblé, -¿A que te refieres con ocupado?
-Estaba hablando con Charlie,- Su voz sonaba extraña, -Le conté todo sobre tú y Edward. Le conté que Edward había vuelto hace un par de días…que habías vuelto a casa llena de marcas.
Mis ojos se abrieron, -¡Tú!
-Le dije,- Mike me interrumpió nuevamente, -Que te pedí que te alejaras de él. Le dije que tú me dijiste que aun amabas a Edward y que no ibas a dejarlo. Le dije que a ti no te importaba cuanto te lastimara…cuando lastimara a Allie.
-¡Edward jamás lastimaría a Allie!- Grité, mis ojos llenos de rabia.
-Charlie lo cree,- Sonrió Mike, -Supuse que correrías a tu papito. Supuse que le mostrarías las marcas y le dirías que fui yo. Así que le dije que se lo esperara. Le dije que esa seria tu excusa. Por que harías…dirías…lo que fuera para proteger a Edward.
-¡El es mi padre!- Protesté, -¡El va a creerme!
-Puedes intentarlo,- Rió Mike, -Realmente odia a Edward. Creo que le he convencido bastante,- Se acercó un paso mas a mi, con la furia haciéndose cada vez mas notoria en su rostro, -Creo que le he asustado…por que hay una oportunidad de que si te cree, Edward lastime a Allie.
-¡El va a creerme!- Le grité nuevamente. ¿Como iba a creerme?
-Y perderás a Allie,- Mike siguió, -Vete con Edward, Bella.- Otro paso. Su voz era firme, -¡Vete con él, Maldita perra! ¡Vete donde se te de la gana, no podrás tener a Allie!
-¡Vas a lastimarla!
-OH, ella conocerá el dolor,- Alzó su mano, acariciando mi mejilla, -Mas que tu.
Aparté bruscamente mi rostro de su mano, -No me toques.
-¡Te tocaré como se me de la gana!- Gritó Mike, alzando su mano.
-Mike,- La voz de Edward llenó la habitación, aterciopelada y lúgubre, -Aléjate de ella ahora o vas a morir.
Mike achicó sus ojos, -Como prefieras.
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